sábado, 29 de marzo de 2008

EL ENCUENTRO CON EL ESPÍRITU DEL HÍKURI (PEYOTE)


Cuentan los ancianos, que hace mucho, mucho tiempo en la sierra huichola se reunieron los abuelos para platicar de la situación en la que se encontraban. Su gente estaba enferma, no había alimentos, ni agua, las lluvias no llegaban y las tierras estaban secas. Decidieron mandar de cacería a cuatro jóvenes de la comunidad, con la misión de encontrar alimento y traerlo a su comunidad para compartir fuera mucho o poco. Cada uno representaba un elemento, es decir el fuego, el agua, el aire y la tierra. A la mañana siguiente emprendieron el viaje los cuatro jóvenes, cada uno llevando su arco y su flecha. Caminaron días enteros hasta que una tarde de unos matorrales saltó un venado grande y gordo. Los jóvenes estaban cansados y hambrientos, pero cuando vieron el venado se les olvidó todo; comenzaron a correr detrás de él sin perderlo de vista. El venado veía a los jóvenes y se compadeció. Los dejó descansar una noche y al día siguiente los levantó para seguir con la persecución. Así transcurrieron semanas hasta que llegaron a Wirikuta (desierto de San Luis Potosí y camino sagrado de los huicholes). Estaban justo en la puerta al lado del cerro de las Narices, en donde habita un espíritu de la tierra y vieron al venado que brincó en esa dirección. Ellos juraban que se había ido por ahí, lo buscaron pero no lo hallaron. De pronto uno lanzó una flecha que fue a caer en una gran figura de venado formada en la tierra de plantas de peyote. Todas juntas brillaban con el sol, como esmeraldas mirando a una dirección. Confundidos los jóvenes con lo sucedido, decidieron cortar las plantas que formaban la figura del venado (marratutuyari) y llevarlas a su pueblo. Después de días de camino llegaron a la sierra huichola donde los esperaba su gente. Se presentaron de inmediato con los abuelos y contaron su experiencia. Comenzaron a repartir el peyote (híkuri) a todas las personas que después de un rato los curó, alimentó y les quitó la sed. Desde ese momento los huicholes veneran al peyote que a mismo tiempo es venado y maíz, su espíritu guía. Así cada año, hasta nuestros tiempos, siguen andando y peregrinando, manteniendo viva esta ruta de la sierra huichola hasta Wirikuta, para pedirle al Dios lluvias, sustento y salud para su pueblo. Pampariusi (gracias en la lengua Wirrarika).

martes, 4 de marzo de 2008

TIMPOS MEJORES




Desde muy pequeñita conocí la soledad y sentí mucho miedo en medio de la obscuridad comprendi que la vida no era fácil para mi que tendría que luchar si es que quería ser feliz y pensé... algún día lo lograre siempre vendrán tiempos mejores camine mil caminos fui buscando el amor lo encontré en una playa y solamente me dejo una astilla clavada justo aquí en mi corazón y uno que otro fantasma dentro de mi habitación y pensé... algún día lo encontrare siempre vendrán tiempos mejores conocí cien países siempre me gusto viajar gente muy diferente muchas formas de pensar pero la pobre gente la que siempre sufre y da esa no era distinta en todas partes era igual y pensé... solamente les diré siempre vendrán tiempos mejores siempre vendrán tiempos mejores escuchaba en las noticias hoy en la television muertos y mal heridos desde Irlanda hasta Ecuador caras distorsionadas por el hambre y la ansiedad fueron ríos de sangre lo que pude imaginar siempre vendrán tiempos mejores vivo con la esperanza de mirar un cielo azul de dejar en los niños aunque sea un rayo de luz siempre vendrán tiempos mejores siempre vendrán tiempos mejores.